Saturday, November 25, 2006

Ejemplos para la juventud del siglo XXI. Hoy: Heino

La primera vez que vi al gran Heino fue en un Lidl en Berlín. Allí estaba, en la sección de cosas que no tienen nada que ver con la comida, entre el polar de mercadillo y el maletín multiherramientas: un cedé de Heino.Si no hubiera sido por mi situación económica cuartomundista de aquel momento, juro que me lo hubiera comprado.
"Por favor, mátame" parece estar diciendo el perro de la derecha.

Porque, a falta de un buen Raphael o de un Fary como dios manda, los alemanes tienen a Heino. Se rumorea que un grupo de investigadores de la prestigiosa Universidad de Heidelberg llevan años intentando decidir si el concepto Heino es bueno, porque representa la ausencia total de sentido del ridículo, o de si por el contrario es malo, porque representa la ausencia total de sentido del ridículo. ¡Basta! Heino está más allá del bien y del mal, como pueden ustedes comprobar en el siguiente video:



¿No es acojonante la ausencia total de emoción de los chavales? Es como si les hubieran dicho: "Tenéis que ir a un programa de televisión y aplaudir o toda vuestra familia morirá"Uno casi espera ver un punto rojo de láser de francotirador paseándose por las cabezas de las criaturas... Pero observen el siguiente video, Escroto de Oro en el Festival de Videocreaciones de Calasparra:



Al menos en este video se ve clara la intención de los espectadores de Heino: ¡han ido para ponerse piripis! Observen la expresión del de gafas de la izquierda, como diciendo "lo que tiene uno que hacer para meterse un güiscacho de garrafón entre pecho y espalda" ¿y el de la pipa? ¿y la viejuna? Parece que va arrancarse con lo de "con el pi-piribipi-pi, con el pa-parabapa-pa..." Como dicen al final del video: ¡Olé!

Wednesday, November 15, 2006

Sobre estar y no estar

En el último libro que me he leído, hay una parte en especial que se me ha quedado en la cabeza rebotando de un lao pa otro, como los videojuegos primitivos esos de tenis en los que dos palitos se mandaban un pixel gigante de lado a lado de la pantalla. La historia va de un rey hace mucho tiempo (de cuando los reyes no se dedicaban a disparar a osos borrachos como el bueno de JuanCar), que además de rey es sabio y tiene discípulos. Uno de ellos se levanta un día, probablemente de resaca, y le pregunta:

- Señor Rey Sabio, señor Rey Sabio, ¿Cómo se puede estar y al mismo tiempo no estar?

Después de lo cual el rey, en lugar de darle una colleja de las que suenan, le dice al muchacho que trate de llevar un cántaro de agua en la cabeza, lleno hasta el borde. El Rey, al que supongo cargado de buenas intenciones y puesto al día de las novedades en métodos pedagógicos, recomienda al chaval no derramar ni una sola gota, bajo pena de muerte. Eso era enseñanza y no lo de ahora, joer. Para hacer más gracioso el asunto, el chaval deberá cargar el agua andando entre la gente de la ciudad en plenas fiestas.

-Así- concluye el bondadoso monarca - habrás estado en las fiestas de la ciudad, pero no habrás estado:no habrás oído la música, ni olido las especias, ni visto las danzas...

Así que a veces está bien plantearse si estamos o si nos estamos preocupando por un estúpido cántaro que nos empeñamos en llevar encima de la cabeza.