En el último libro que me he leído, hay una parte en especial que se me ha quedado en la cabeza rebotando de un lao pa otro, como los videojuegos primitivos esos de tenis en los que dos palitos se mandaban un pixel gigante de lado a lado de la pantalla. La historia va de un rey hace mucho tiempo (de cuando los reyes no se dedicaban a disparar a osos borrachos como el bueno de JuanCar), que además de rey es sabio y tiene discípulos. Uno de ellos se levanta un día, probablemente de resaca, y le pregunta:
- Señor Rey Sabio, señor Rey Sabio, ¿Cómo se puede estar y al mismo tiempo no estar?
Después de lo cual el rey, en lugar de darle una colleja de las que suenan, le dice al muchacho que trate de llevar un cántaro de agua en la cabeza, lleno hasta el borde. El Rey, al que supongo cargado de buenas intenciones y puesto al día de las novedades en métodos pedagógicos, recomienda al chaval no derramar ni una sola gota, bajo pena de muerte. Eso era enseñanza y no lo de ahora, joer. Para hacer más gracioso el asunto, el chaval deberá cargar el agua andando entre la gente de la ciudad en plenas fiestas.
-Así- concluye el bondadoso monarca - habrás estado en las fiestas de la ciudad, pero no habrás estado:no habrás oído la música, ni olido las especias, ni visto las danzas...
Así que a veces está bien plantearse si estamos o si nos estamos preocupando por un estúpido cántaro que nos empeñamos en llevar encima de la cabeza.
Wednesday, November 15, 2006
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1 comment:
muy bueno!
pedro
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