Thursday, October 11, 2007

Freakie-personajes, o la diana era yo

Eugen Herrigel, atención al personaje: filósofo alemán que se va a enseñar filosofía a Japón en 1924, y unos cuantos añicos antes de que se pusiera de moda la palabra "fusión" se marca un remix mezclando su filosofía, el arte del tiro con arco y el Zen, ahí te lo llevas.

Lo mejor es que he leído una cosa suya que me recuerda a una de mis máximas de filosofía-todo-a-un-leuro resacosa: que tu peor enemigo eres tú mismo. pero veamos qué bien lo expresa el simpático japo-teutón:

"El arte de la arquería no es una habilidad atlética, que se llega a dominar más o menos mediante el entrenamiento físico, sino más bien una aptitud que tiene su origen en el ejercicio mental y cuyo objeto consiste en acertar en la diana mentalmente. Por lo tanto, el arquero está básicamente apuntando a sí mismo. De este modo, quizás consiga acertar en la diana: su yo esencial."

6 comments:

Anonymous said...

Oye, tío, muy bueno el blog. Me he reído mucho. El comentario sobre el Tato Abadía... cojonudo.

Anonymous said...

Tremendo el tal Heino. Pero, pasó la infancia en Auschwitz, ¿no? Virgen santa, sólo hay que cambiarle la chaqueta.

Miguel Crockett said...

Gracias por los comentarios! Efectivamente , la grandeza de Heino era esa combinación de canción ligera sesentera alemana con la voz atronadora y la pinta de Kapitän der Wehrmacht...

ninive drake said...

claro, claro, el tipejo se luce, eso es como todo en la vida, todo es por nuestro yo y contra yo... creo que iba pasado de saque o se comió unas algas alucinógenas, control mental, ooooooooooommmmmmmmm!!! el viento, la fuerza, la distancia, baaaaaaaaaahhhhhhhhh, cosas nimias, solo importa el poder mental, repetimos, oooooooooommmmmmmmmmmm!!!

ninive drake said...

güi ar güeiting for a niu post olredi, oquei?

bai!

Miguel Crockett said...

Como diría Ánsar: "Estamous trabahandou en ellou"... Respecto a lo del arquero filósofo: será un chorras, pero cualquier persona capaz de dominar el alemán y el japonés (el idioma con la sintaxis más prusianamente estricta del mundo y el idioma con doscientos millones de modos diferentes de cortesía, respectivamente) se merece mi respeto (y cuando digo respeto léase "sucia envidia insana")